En las últimas semanas, la localidad de Santa María Ajoloapan, en el municipio de Hueypoxtla enfrenta una situación alarmante por el incremento de la violencia y la presencia de grupos del crimen organizado que han puesto en jaque a comerciantes y habitantes.
De acuerdo con testimonios de vecinos y afectados, los delincuentes han comenzado a extorsionar a dueños de negocios, exigiendo una cuota quincenal para permitirles operar. Quienes se han negado, señalan, han sido objeto de amenazas e incluso agresiones físicas, lo que ha generado un clima de miedo e incertidumbre en la comunidad.
La gravedad de la problemática ha obligado a que el Ejército Mexicano mantenga presencia en la zona, ante la incapacidad de la policía municipal para contener a las células criminales. Sin embargo, ciudadanos denuncian que las acciones no han sido suficientes para garantizar la seguridad cotidiana.
En contraste con este panorama, la población critica el gasto público destinado a proyectos turísticos en la presa Luis Espinoza de los Monteros, donde se han invertido cientos de miles de pesos en la construcción de una tirolesa y un puente colgante. Vecinos aseguran que estas obras son utilizadas como fachada para el despilfarro y el presunto lavado de dinero, mientras que en materia de seguridad sólo se ha optado por rentar dos patrullas Dodge Charger a costos elevados, sin que ello represente una estrategia eficaz para frenar la violencia.
La situación que vive Santa María Ajoloapan refleja un escenario complejo en Hueypoxtla, donde la inseguridad avanza de la mano con la desconfianza ciudadana hacia las autoridades locales, quienes —acusan los vecinos— han priorizado proyectos de entretenimiento por encima de la protección de la población.